lunes, 6 de julio de 2015

POR: Jessica Solano

LIDERAZGO, INNOVACIÓN Y ESPÍRITU EMPRESARIAL

El liderazgo, la Innovación y el Espíritu Empresarial, por lo general son términos que los asociamos con la creación, la búsqueda de recursos necesarios, y el desarrollo de un plan de negocio, como elementos básicos para crear y fomentar  nuestra propia empresa, asumiendo nuevos riesgos, aprendiendo de nuestros errores en el camino de nuevas oportunidades.




Muchas veces nos hemos percatado que el problema de la sociedad radica en la falta  de organización y planificación en las actividades que se pretenden realizar y las metas a las que se quiere llegar. Todo ello engloba a  la falta de liderazgo y administración adecuada y correcta del talento humano.
Es así que un verdadero liderazgo no es aquel que  tiene por finalidad posesionarse de un título o nombramiento, sino aquel que nos permite trabajar en equipo, con una actitud positiva sin nada de autoritarismo en contra de nadie, e incentivar el trabajo para lograr los objetivos en grupo; tiene que caracterizar ante todo el carisma, la paciencia, la responsabilidad, el conocimiento, la disciplina y la comunicación para poder llegar a los demás.




Cuando planteamos o introducimos nuevas ideas, productos, conceptos, o alguna actividad estamos siendo útiles para incrementar la productividad, pero no basta con el hecho de solo pensar y decir esas nuevas ideas sino en saber introducirlas satisfactoriamente y que tengan un efecto en el mercado y poder llegar a la gente, y a su vez que disfruten del resultado de la misma.
Las ideas o novedades no solo pueden surgir de una persona; es decir, todos somos partícipes en la generación de ideas como: empleados, clientes, expositores, seminaristas, etc.; todas son entradas en el proceso de innovación, de allí parte a mejorar, cambiar y desarrollar un nuevo espacio, un nuevo producto o servicio, a una persona, etc.


Es importante que nos demos cuenta hacia dónde vamos y que es lo queremos, solo así nos daremos cuenta de la importancia que tiene emprender una idea, un supuesto o simplemente un sueño, debemos de persistir, luchar y nunca darnos por vencido hasta lograr lo que nos proponemos o anhelamos, no debe abastecernos el hecho de ser facilistas ni tampoco quedarnos estancados con lo que tenemos, solo así pensaremos en romper barreras y ser conscientes de que la gente cambia para bien y por lo tanto se debe hacer lo mismo con los productos y servicios.

Todos las personas generamos constantemente nuevas ideas, nuevas formas de productos y servicios, lo que nos diferencia del resto es que aquellas personas emprendedoras, son ahora las dueñas de grandes e importantes empresas, negocios u organizaciones, son personas que no se quedaron estancadas allí, no se quedaron “dormidas”, pensaron en la manera de llevar a cabo su sueño, realizaron análisis, estudios y sobre todo le pusieron muchas ganas en lo que querían hasta hacerlo un hecho; por ello la importancia de reconocer nuestro “espíritu empresarial”.



El impulsar el crecimiento, crear más fuentes de empleo y mejorar la calidad se podrá conseguir mediante el liderazgo, la innovación y el espíritu empresarial como puntos fundamentales de partida, todo conlleva su riesgo y para ello se requiere confianza en uno mismo, tal como hay éxito también hay el fracaso, pero eso no lo sabremos si no somos capaces de salir de esa misma burbuja en la que nos encontramos envueltos  y dar un paso hacia adelante.

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